Fallece Emilio Galindo, fundador de Darek Nyumba

Fallece Emilio Galindo, fundador de Darek Nyumbaemilio.galindo.darek

04/09/2014 –

Este sacerdote de los Padres Blancos vino al mundo en Cúllar-Vega (Granada) el año 1927. Creció en los años revueltos de la dictadura del general Primo de Rivera, vio la caída de la monarquía, cuando el rey Alfonso XIII huía de España, embarcándose en Cartagena, rumbo a la acogedora Italia. Pasó los años de su Escuela Primaria entre los avatares de la Guerra Civil de 1936–1939. Ingresa en el seminario menor de Granada en el curso 1941–1942, donde siguió el ciclo de Humanidades y luego se traslada a Córdoba para estudiar la Filosofía con los jesuitas, durante tres años (1945-1948).

En este tiempo conoció a los Padres Blancos, que acababan de fundar casa en España. Pues los PP. Carlos Merry, belga, y Nico Borts, holandés, visitaban los seminarios diocesanos, dando a conocer las misiones de África a los numerosos seminaristas de aquellos tiempos.

Comenzó el noviciado en Maison Carrée (Argel) en septiembre de 1948. Al año siguiente se traslada a Thibar (Túnez), donde los Misioneros de África tenían un Teologado internacional. La víspera de su ordenación de subdiácono, 27 de junio de 1952, pronunció su Juramento Perpetuo Misionero. Aquel verano vino de vacaciones a España y al regresar se quedó en Cartago, donde se preparaban los diáconos al sacerdocio, que recibió en la Catedral Primada de Cartago, el domingo de Pascua, el 5 de abril de 1953.

Otros compañeros españoles de la misma ordenación fueron enviados a diversos países africanos, pero al bueno del ‘pequeño’ Emilio le tocó ‘bailar con la más fea’. Los superiores lo destinaron a Roma, para doctorarse en Filosofía en la universidad Gregoriana. Consiguió el título de doctor, con una tesis sobre Averroes en 1956. Los dos cursos siguientes los pasa Emilio iniciándose al árabe en Túnez y estudiando Islamología en el Instituto, que los Padres Blancos dirigían en la misma capital. EL IBLA – Instituto de Bellas Letras Árabes – fue el ‘ancestro’ del PISAI de Roma (Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islamología). En 1958, es nombrado director del IBLA.

Emilio tenía la pluma fácil y durante su estancia en Túnez, con la colaboración del entonces muy joven padre Paco Donayre, otro granadino, escribe en español su obra más conocida: JUVENTUD REBELDE, que ha sido traducida a varias lenguas, entre las que recuerdo las versiones al árabe, francés, inglés, italiano y swahili.

Las vocaciones a Misioneros de África iban aumentando en España y en el curso 1960-61, los Padres Blancos inauguran en Logroño un seminario de Filosofía. Emilio Galindo viene con su doctorado reluciente a dar brillo al claustro de profesores y formadores. En 1963, fue nombrado rector de dicho Seminario, servicio que ejerció hasta 1966, año en que el Seminario se trasladó a Madrid, viviendo los seminaristas en pequeñas comunidades en pisos, siguiendo los criterios de la época del pos-concilio Vaticano II.

Entonces, el P. Emilio Galindo, andaluz de pura cepa, es enviado a Sevilla, para fundar una nueva comunidad de Padres Blancos, cuya tarea era la animación misionera en toda Andalucía. Desde el nº 34 de la calle de Montevideo, los Misioneros de África irradian hasta ahora el conocimiento y amor por el continente africano y sus pueblos.

En 1969, se trasladó a Madrid, donde va a iniciar la obra de su vida: La fundación del Centro Darek-Nyumba, («tu casa» en árabe y swahili), una Asociación Benéfico-Cultural, sin fines lucrativos y comprometida de modo especial con los problemas del Mundo musulmán y el diálogo Islamo-Cristiano. El aspecto más importante de dicho centro era su labor docente, enseñando el español a los alumnos venidos principalmente de los países árabes, para frecuentar las universidades españolas e iniciando al estudio del árabe a los españoles destinados a trabajar en dichos países, tanto empleados de ciertas compañías españolas o multinacionales y algunos diplomáticos, tanto españoles como africanos. Ha sido director de dicho centro hasta el año 2012, en que por edad y salud deficiente, apagó la antorcha.

Darek-Nyumba ha desaparecido con su fundador

Durante los años en que ‘pontificó’ en Darek-Nyumba, funda igualmente y dirige publicaciones tales como “Encuentro Islamo-Cristiano” (1972-), “Pliegos de Encuentro” (1975-), “Otras Aguas Vivas” (1995-), y “Crislam” (1983-). Fue profesor invitado del Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de Islamología de Roma desde el año 1989 y ha sido Profesor invitado de la Universidad Pontificia de Comillas (1993-2004). El Padre Emilio Galindo fue también el inspirador y realizador, junto con la Asociación Islamo-Cristiana de los dos Congresos Internacionales de Córdoba, de resonancia mundial, el primero de los cuales tuvo lugar el 14 de septiembre de 1974.

Es autor de varias obras, entre sus principales libros se cuentan los siguientes: La antropología de Avicena a la luz de su cosmogonía emanantista (1956). La Experiencia de Dios en el Islam (1985), La Experiencia del Fuego. Itinerario de los Sufíes hacia Dios por los textos (1994, reeditado en 2002). Enciclopedia del Islam (2004) (director y editor). En la colección “Otras Aguas Vivas” de textos sufíes: Salmos sufíes (1995), Sólo a Ti voy buscándote (1998), Al-Sustari, peregrino y juglar del Amor (2001) y Rabi’a al-Adawiyya, paloma de Luz y Lumbre (2002).

¡El cristiano más sufí y el sufí más cristiano¡ Inb Arabí, el murciano universal, tu maestro preferido, te habrá acogido en el Paraíso del Padre de todos los buscadores de Dios…

Emilio: ¡Descansa en la PAZ del Señor Jesús, hombre de Dios y creyente universal!

Tu compañero y amigo Antonio Molina:


Molina Molina, Antonio José

 

Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, «siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias». Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la «brigada volante de los Misioneros de África», siempre con la maleta preparada… mientras el cuerpo aguante.

Fuente: África Fundación

http://www.africafundacion.org/spip.php?article18053

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Ecos de Darek Nyumba. Emilio Galindo Aguilar

LOS NOMBRES DE LAS CALLES

 

He leído un cuaderno editado por el Centro Darek-Nyumba de Madrid escrito

por Emilio Galindo y Emilia Alonso (ISBN 84-88059-027) que me deja perplejo

y me convence de la tarea que aún tenemos que realizar entre todos. Me

explico:

Los autores del libro que os cito se dedicaron a buscar en las 52 capitales

de provincia españolas calles dedicadas a personajes destacados de

Al-Andalus, y los resultados son deprimentes:

34 capitales no tienen ni una sóla calle dedicada, y de las 18 restantes

sólo 8 tienen más de tres calles dedicadas.

Pero aún sorprende más que afirma que Cádiz y Huelva no tienen ni una sóla

calle dedicada a ninguno de los andaluces más universales como Averroes ó

Maimónides.

Del resto de capitales andaluzas, Córdoba es la que más dedica con 23

nombres de calles, seguida de Granada con 22, Málaga con 16, Almería 11,

Sevilla 5, y Jaén 2.

El personaje que más calles tiene es Almanzor, presente en Almería, Badajoz,

Córdoba, Málaga, Murcia y Sevilla, seguido de Averroes, en cinco ciudades,

(Almería, Córdoba, Madrid, Sevilla y Zaragoza) y Maimónides y Al-Motamid en

3.

Pero personajes que han sido varias veces citados en esta lista de correo

como el gran polígrafo Ibn Hazm autor de «El Collar de la Paloma» no tiene

ni una sóla calle dedicada en ninguna capital andaluza o española, ni Ibn

Gabirol, Ibn al-Játib,

Avempace, Azarquiel, etc, etc,. (permitidme que utilice la grafía habitual

española para que todos los reconozcamos, por ejemplo Averroes en lugar de

Ibn Rushd).

Otros datos interesantes son que de un total de 81 calles dedicadas en todo

el estado, 57 están en Andalucía (69,51%), y de ellas y a excepción de la

antigua capital califal (Córdoba), la mayoría están en Granada,Málaga y

Almería ¿casualidad o mayor conciencia en el antiguo reino nazarí ?

De todas formas este reconocimiento es reciente, los autores del libro

escribieron a los concejales de las 52 capitales de provincia para conocer

cuándo se dedicaron estas calles y por qué, y los pocos que contestaron

(27), entre ellos los de Almería, Málaga, Córdoba y Sevilla, revelan datos

como que la calle más antigua dedicada a un andaluz musulmán fue en Córdoba

en 1897 (Averroes), siendo casi todas dedicadas en este siglo.

Ahora que has leído hasta aquí te digo que estos datos son de 1992, por lo

tanto desfasados, y por eso pido tu colaboración para actualizarlos.

¿Puedes ampliar estos datos?, con la guía de códigos postales en la mano es

fácil para las capitales de provincia, pero no para otras localidades, por

ejemplo ¿ sigue el botánico malagueño Ibn Baytar sin tener calle en Málaga,

tampoco el sabio hebreo Ibn Gabirol ?, ¿Almanzor tampoco lo tiene en Cádiz?

, ¿ y en Algeciras ?, ¿León el Africano aún no es reconocido entre sus

paisanos granadinos, ni el gran Ibn al Játib ?¿tampoco el filósofo

almeriense Ibn Said al-andalusi es recordado en Almería?, y Sevilla, ¿no

sabe que Ibn Jaldún era tunecino de origen sevillano ?, y por favor Huelva,

¿no tiene el gran geógrafo Abu Ubayd al-Bakri una calle en la ciudad que le

vió nacer ?¿sólo se acuerda Jaén del rey Alhamar?

No quiero alargarme en ejemplos pues hay muchos, (el poeta Ibn Said de

Alcalá la Real, Ibn Tofail de Guadix, Ibn Abbad de Ronda, Alhamar en Arjona,

etc.) pero sí deciros que si os parece bien me comprometo a escribir cartas

firmadas por todos los que se

quieran sumar, a los concejales de cultura de los ayuntamientos que se

convengan solicitando nombren calles a personajes andalusíes, en una campaña

aún por definir y que lógicamente incluiría una página web y correos

electrónicos a organismos relacionados.

Espero tu ayuda.

 

José Manuel de Molina

darrax@apdo.com

Andalucía Documentos y Narraciones -ADN-

http://www.isocanda.org/adn

http://www.geocities.com/SoHo/1795

Fuente:

http://www.andalucia.cc/adarve/nombrecalles.html

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Darek Nyumba en el recuerdo de sus 25 años. Diario El País

Darek-Nyumba, la ‘casa común’ de españoles y árabes, cumple 25 años

Acicalar, ajedrez, ajuar, ataúd y albóndiga, alfeñique y arrope son algunas de los cientos de palabras castellanas de origen árabe. La primera escuela o Facultad de Medicina de Occidente fue fundada en Córdoba por Abd al-Rahman III en el siglo X. Entoces ya se realizaban en Al-Andalus operaciones de cataratas con anestesia. Y Córdoba llegó a ser la ciudad que más libros contenía. De la riqueza cultural de ocho centurias de presencia árabe en España poco queda en los libros de texto y en las aulas españolas.Hace 25 años, Emilio Galindo, sacerdote de la orden de los Padres Blancos (nacida en Argelia en 1878) que estuvo 11 años en misión en Túnez, decidió abrir un centro en Madrid para la enseñanza del árabe y del español.

Con la escuela Darek-Nyumba (Tu Casa) se llegaría a recuperar la fuerza que los lazos de hermandad entre ambos mundos tuvieron en el pasado. Esta escuela ha llegado a convertirse en uno de los centros más importantes de español para árabes. Por ella han pasado más de 13.000 alumnos de 108 países. De los 2.402 que han aprendido el árabe en ella, el 92,84% son españoles. Muchos de los estudiantes extranjeros regresan a sus países,. Otros se quedan en España. Algunos cursan carreras universitarias. Los hay que han conseguido un empleo o se han casado con españoles.

«Apostamos por el hombre», dice Galindo. «Nuestra filosofía no se basa en crear una escuela, sino en responder a una realidad: uno de los grandes problemas que tienen árabes, africanos y asiáticos es aprender bien la lengua española, y creemos que podemos contribuir a su formación, con el fin de ayudarles a integrarse en la sociedad española».

La diversidad de religiones que permita un entendimiento entre los pueblos es una de las banderas filosóficas de la escuela: «Hay que relativizar el único ‘Dios verdadero’ que proclama el Vaticano», dice Emilio Galindo, «todos, los caminos llevan a Dios. El Papa no ha vivido otras religiones. Hace falta un diálogo interreligioso y acabar con las disputas de ideas y doctrinas que se oponen porque vienen de culturas diferentes. Nadie tiene el monopolio de lo divino

Cursos de dos años Iraníes, argelinos, egipcios, palestinos, tunecinos, filipinos… y también alumnos de países europeos, 14 máximo por aula, aprenden el español en Darek-Nyuniba durante dos años, tres meses y medio, dos horas diarias, con una matrícula que asciende a 23.000 pesetas; las enseñanzas incluyen medios audiovisuales y recorridos fuera de las aulas.

La idea primitiva se gestó alrededor de las necesidades de los jóvenes árabes (el 55% de los alumnos que estudian español son de este origen), pero siempre con la intención de que los estudiantes volvieran a sus respectivos países sabiendo la lengua y cultura españolas, y capacitados para crear un puente entre ambas culturas. «Sabemos muy poco de ellos y ellos de nosotros», dice Emilio Galindo. «Nos llegan noticias distorsionadas y por esa confusión son muchos los que catalogan a los árabes de vulgares terroristas y criminales. Ningún musulmán decente se. atreve a matar a otro. Ellos saben que el que mata a un hombre mata a toda la humanidad».

Respaldado desde el principio por la Universidad de Comillas que les cede espacios para las aulas, reconoce sus títulos y dirige las tesinas (más de 120 presentadas en español), el equipo de docentes de la escuela Darek-Nyuniba va más allá del simple intercambio profesor/alumno. Hacen todo cuanto está en su mano para que los alumnos extranjeros no sientan, demasiado la lejanía de sus familias: lo mismo les proporcionan música de su país que les facilitan direcciones donde pueden recibir cartas, dinero o telegramas. Son alumnos, de todas formas, privilegiados. Hijos de padres que trabajan en las zonas petroleras, la mayoría de ellos son universitarios, pero siempre gracias a un esfuerzo ímprobo de sus padres.

[Darek-Nyumba tiene su sede en Alcalá, 41, 30 izquierda, 28014 Madrid. Tel. (91) 5326250].

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Hasta luego Emilio II. Padre blanco que se acercó al islam

CÓRDOBA / EMILIO GALINDO (1927-2014)

Padre blanco que se acercó al islam

Día 10/09/2014

Desde el Centro Darek-Nyumba (casa), fomentó el diálogo islamo-cristiano

Padre blanco que se acercó al islam

ANTONIO MOLINA PADRE BLANCO()ABC

El padre blanco Emilio Galindo, muerto el día de su 87 cumpleaños

EMILIO GALINDO AGUILAR nació el 17 de agosto de 1927 en Cúllar-Vega (Granada) y murió el día de su cumpleaños de 2014 en la residencia Perpetuo Socorro de Santa Fe, cerca de Cúllar. Sacerdote de los Misioneros de África, estudió filosofía con los jesuitas. Su gran proyecto vital fue crear el Centro Darek-Nyumba para el diálogo entre cristianismo e islam.

Lea también este artículo de despedida de Emilio haciendo clik aquí

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Hasta luego Emilio. Primera parte. El credo del hombre de Darek-Nyumba

Estos son algunos artículos que recordaron el regreso a la Casa del Padre de Emilio Galindo Aguilar:

El mismo día de su cumpleaños dejó el planeta tierra

El credo del hombre de Darek-Nyumba

«En Darek Nyumba se miraba a los ojos a todas las personas»

Gumersindo Meiriño, 23 de agosto de 2014 a las 18:44

 Hoy, ya, hijos de la luz del fuego, todo comenzara irresistiblemente a ser distinto

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Emilio Galindo Aguilar

(Gumersindo Meiriño Fernández, Radio Cataratas)- Se empeñó con todas sus fuerzas en acoger en su casa a todos los seres humanos, se metió entre ceja y ceja que cada uno es un tesoro que hay que respetar; dedicó toda su vida a recibir a los hermanos de otras culturas en su hogar. Y como era fuerte, decidido y enérgico, muchos lo miraron con respeto, pero cierta lejanía, porque temían quemarse en el fuego de su corazón.

Su gran obra fue la creación del Centro de Estudios Darek Nyumba (palabra que significa, «tu casa» en árabe y swahili). Allí recibió a miles de alumnos procedentes de distintas culturas venidas de África, pero, sobre todo, a sus queridos hermanos musulmanes. El Centro Darek Nyumba fue el reflejo de su corazón, una casa, un hogar en el que habitaban nobles sentimientos, en los que se miraba a los ojos a todas las personas y se las respetaba, más allá del color de su piel o de sus creencias en Alah.

Para leer el artículo completo, haga click aquí.

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Testimonio sobre Emilio Galindo Aguilar

Después del fallecicimiento de Emilio el 17 de agosto de 2014 este es un testimonio de Antonio Fernández Ferrer,

 A  EMILIO DESDE LA AMISTAD

 

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Una experiencia personal en el mundo musulmán

Gumersindo Meiriño Fernández  – De Oriente a Occidente:

—P. Emilio. Usted, es un hombre cristiano, de formación jesuita pertenece a la Orden de los Padres Blancos, ha convivido en un país de mayoría musulmana y ha entrado en contacto con personas de esta religión, ¿qué experiencias místicas musulmanas le han ayudado más en su vida personal a nivel espiritual?

Respuesta del P. Emilio Galindo Aguilar:

—Han sido muchos años y muchas las vivencias pero simplificando y yendo a lo esencial de la experiencia, resumiría esta influencia en estas tres pinceladas que ya publiqué en mi libro “La experiencia del Fuego” de la Editorial DAREK-Nyumba de Madrid 2002.

● La primera y capital convicción que he sacado de esta convivencia ha sido que la experiencia del Fuego no es monopolio de nadie, de ninguna religión o iglesia. Esa experiencia es posible para todos los seres humanos. A todos, además, les es necesaria para llegar a la plenitud de su propia humanidad. Y esta convicción- que es la evidencia misma y casi una verdad de Perogrullo- no sólo debe llenarnos de gozo entrañable al sentirnos hermanados por el mismo Fuego, sino que debemos recordarla constantemente hasta crear en nosotros los reflejos que nos ayuden a salir- en una hégira o éxodo del Espíritu- de nuestros guetos religiosos y de nuestras “teologías tribales”, con las que, desde siglos, nos excluimos y anatematizamos unos a otros. ¡Qué tontos los hombres! ¡Como si el Fuego pudiera ser monopolizado por alguien! ¡Como si alguien pudiera prohibir al Fuego que queme fuera de sus raquíticos pagos! ¡Como si alguien-persona o institución religiosa-pudiera dictar al Fuego su tarea o imponerle caminos para Su acción con los hombres, para sus esponsales de amor y de ternura!

Y un corolario elemental de esta ecuménica constatación: si lo importante es el Fuego- su íntima e indecible experiencia-, si lo que nos capacita para el encuentro con los demás es Su quemadura y no nuestras palabras ni nuestras doctrinas teóricas, cuando nos reunamos como hermanos, “fieles del Fuego”, para el diálogo interreligioso, no podremos olvidar la importancia de esa experiencia. Y más de doctrinas religiosas, que tan poco dicen de Dios y que son secularmente la raíz de nuestras divisiones y de nuestros enfrentamientos, llevemos como trofeos de fe viva nuestras quemaduras personales, nuestras experiencias vivas del Fuego. Las quemaduras no se discuten ni se comparan, porque son únicas, personales e intransferibles; no crean rivalidad, porque no son fruto de nuestro esfuerzo como las doctrinas, sino dádiva generosa del Fuego acogida por el alma humilde y agradecida; no intentan dominar a nadie, sino, a lo sumo, sugerir caminos para lo que debe ser la única razón del verdadero diálogo, Dios; son fáciles de entender porque es el mismo y único Fuego quien las explica y con su lumbre ilumina a los unos y a los otros. Probablemente, si se hicieran desde la experiencia, nuestros diálogos tendrían menos adeptos, menos participantes, pero se quitarían de encima tantos charlatanes que hablan de un dios aprendido en los libros, un dios de memoria, un dios de tesis frías y cansadas. Porque, ¿de qué Dios se habla cuando no se pueden exhibir las quemaduras de la experiencia? Si fuesen así nuestros diálogos, hasta sobrarían las palabras y nos abriríamos a las lenguas del Fuego en un nuevo y permanente pentecostés, que es una herencia de Dios para todos. Y el resto nos lo gastaríamos alegremente en silencio, ese lujo tan necesario de los fieles del Fuego, sobre todo en sus encuentros para el diálogo.

●  La segunda convicción que, como un regalo de luz entrañable, me ha dejado esta larga convivencia con el Islam tiene una doble faceta: la constatación de cómo la idolatría se infiltra hasta lo más santo, y cómo los que sean quemado en el Fuego tienen una clarividencia especial para detectarla y un valor único para denunciarla y vencerla. Fabricar ídolos en efecto, ha sido y sigue siendo el oficio más viejo del hombre, su tentación permanente. La idolatría sigue al hombre como la sombra al cuerpo. ¡Qué claro lo vio la Serpiente al principio: “Seréis como dioses!” Esa tentación penetra incluso en la ortodoxia más pura. ¡Cuán sabias, en este sentido, las palabras de Gregorio Nazianceno: “Nuestros conceptos crean ídolos, sólo el “sobrecogimiento” presiente algo más de la Realidad”. Algo que nos permite ser invadidos e impregnados por el Invisible. La ortodoxia, que debió ser guía seguro, clara y exigente pedagogía, impulso denodado de libertad hacia horizontes siempre nuevos, provocadora incansable de la experiencia del Fuego, humilde servidora de la Verdad, se prostituyó a lo largo de la historia por ese complejo tan humano de creerse poseedora de la Verdad y por el miedo, tan humano también, a perder sus privilegios, convirtiéndose en el freno sin límites, en arrogante propietaria del Misterio, en absolutizadora de verdades tan relativas, en enemiga celosa de cuanto ponga en duda sus esquemas, en dura herramienta de poder. Y sobre todo, con todos los derechos, incluso con el de matar al hombre por salvar una verdad doctrinal que es, sin la menor duda, la peor de las idolatrías.

Así en todas las religiones. Así también en el Islam. La ortodoxia musulmana se dejó tentar por la idolatría de la idea de trascendencia de Dios. Deslumbrada por la Unidad y la excelencia infinita de Dios. El kalām o teología musulmana cayó en la idolatría pese a su actitud constante contra todo lo que hiciese sombra al Absoluto de Dios. Y desarrolló una doctrina de la trascendencia divina pobretona, miope, rastrera y sin vuelos. Verdaderamente idolátrica según los sufíes. Y esto no tanto por lo que afirmaba sino por lo que negaba y prohibía severamente todo lo que indicase cercanía y unión amorosa del hombre con Dios. Por eso el hombre musulmán ha vivido durante siglos con el complejo de Dios: sometido a El pero no unido. Ven a Dios como algo infinitamente distante e inaccesible, amurallado en su trascendencia pese a ser “el Clemente y el Misericordioso”. Transcendencia que era una burda falsificación, un ídolo de lo que realmente es Dios con el hombre, de lo que es, fue y será el Dios de los testigos del Fuego. Olvidaron esos ulemas algo tan elemental como que toda expresión sobre Dios tiene que ser heterodoxa, es decir, que no puede encerrarse ni acabarse en sí misma y menos aún pretender encerrar a Dios en un concepto humano, prohibiéndole al propio Dios los caminos hacia la unión con sus criaturas y que, en frase de infinita ternura y anhelo de Abū Sa ءīd “un día comamos en la mano del Señor”

Olvidaron que toda idea de Dios, la de la trascendencia también, debe recuperar constantemente su libertad porque Dios no se deja apresar y menos expresar exhaustivamente por ninguna formulación humana. Dios desborda infinitamente toda ortodoxia. Y cuán pobres y tontos los sabios y sus teologías, al decir de los sufíes, queriendo poner diques al Gran Mar, amarras al viento, normas al Amor.

Los sufíes, educados no por doctrinas y razonamientos sino por la cruda y exigente experiencia del Fuego, serán los primeros en descubrir esta sutil idolatría de los ulemas. Ellos, vigías del Fuego en la noche de los hombres, levantarán el grito convirtiéndose en los hombres de la anti-idolatría y también en las víctimas de la constante persecución de la ortodoxia musulmana. Su denuncia no se hará con teorías ni doctrinas. Los sufíes sólo tienen, y les basta, la experiencia del Fuego para convencerse de que si Dios es infinitamente Trascendente también es infinitamente Presencia, Amor cercano, Comunión más allá de las palabras. ¿Cómo convencerlos de que Dios es distante, inaccesible, cuando tienen su ser entero encendido por el Fuego? ¿Cómo creer lo que contradice esa ardiente experiencia? Y también ¿qué mayor idolatría que una doctrina cicatera que se opone a lo que los sufíes viven alborozados por la gracia y ternura de Dios? Los sufíes no se oponen a la trascendencia de Dios, y nada está más claramente vivido y dicho y afirmado en todo su talante y confesiones, sino al modo restrictivo, excluyente y contrario a la Clemencia, Misericordia y Ternura de Dios con sus criaturas que proponía la ortodoxia de los ulemas. Los sufíes creen en una trascendencia no reñida con la cercanía, en la que ellos descubren un vínculo ontológico entre Dios y el hombre.

Se ha dicho que el Islam prohibía la unión del hombre con Dios. Nada más falso e idolátrico. ¿Quién es el Islam para prohibir nada a Dios? No era ni es el Islam sino una pobre ortodoxia, cuyos hombres probablemente no se habían quemado en el Fuego y sin duda entendieron diabólicamente que, separado de Dios, alejado de su unión, el hombre queda desarraigado e indefenso y consiguientemente más fácil de manipular. Porque si todas las idolatrías empobrecen, está de la trascendencia lo empobrece totalmente.

Esa es la idolatría que los sufíes combaten con la prueba irrefutable de sus hondas quemaduras, porque las ideas les estorban por torpes e inútiles. Sólo les quedará como alfabeto nuevo el grito. Y ¡cuán honda debió ser esa experiencia para atreverse a enfrentarse a los hombres de la ortodoxia! Raros son los sufíes que no fueron perseguidos, algunos hasta la muerte, y la muerte en la cruz, como Hallāŷ. Su experiencia del Fuego era más fuerte y convincente que todas las persecuciones: “Aunque me maten no renunciaré a Tu Amor” (Rūmī). “Qué agradable es ser insultado por causa del Amor” (Ḥuŷwīrī). “Muero sin que muera en mí el ardor de mi amor a Ti” (Dū-I-Nūn).

A la luz del Fuego, ¡qué pobres y relativos se ven los absolutos doctrinales y ortodoxos!¡ Qué poco nos dicen de Dios que es Amor, Cercanía, Vida, sólo Vida!

¡Cuánto ganaríamos todos, y de modo especial nuestras religiones y teologías, si, a ejemplo de los sufíes, supiéramos “desidolatrizar” nuestros absolutos doctrinales tan relativos y con frecuencia tan vacíos de Dios y nos engolfásemos todos en la experiencia del Fuego! El Fuego no miente y, calentándonos alrededor de Él, los hombres nos sentiríamos hermanos y nos nacería incontenible un sentido nuevo de leer la Palabra de Dios: no como una herramienta de poder, dura y terminada para siempre, sino como algo germinal, abierto, libre alegre, que en palabras de Ansārī: “Siempre en el corazón la esperanza de verle…porque Su querer es lo único que importa. Él, que es la fortuna de todos los indigentes, el refugio de todos los mendigos”. Que somos nosotros los hombres.

●  La tercera convicción, finalmente, fruto de esa larga convivencia con el Islam, fue la constatación, a través de sus textos leídos, releídos y rezados, de la soledad conmovedora de los sufíes y musulmanes en general en su camino de retorno a Dios: solos con su titubeante y constantemente amenazada luz, solos con su pobre esperanza, aunque sepan por experiencia o por lo menos intuyan la presencia de la Sombra Caminera de Su luz y de Su lumbre. Les he visto solos por esa nunca acabada muerte iniciática, solos para exorcizar la constante solicitación idolátrica de las cosas, solos con la cruz de su “creaturidad” a cuestas sin la seguridad total de una presencia divina al par que humana como cireneo. Solos, confesando su debilidad y su cansancio: ¡Tú sabes los caminos y el hombre sus nieblas interiores!. Interminable “camino de Emaús” sin nadie que les explique sus Escrituras, sin nadie que en cercanía divino-humana les parte el pan-viático para la marcha, sin nadie que “plante su tienda” entre ellos para, juntos como alguien de nuestra raza, defendernos de los fríos de las noches humanas, solos sin sentir el calor de esa mano sobre nuestro hombro tan divinamente humana ni la seguridad de su palabra: “No temas. Soy yo el que vive”. Aunque es verdad también que los musulmanes que experimentan la totalidad del Fuego con la totalidad de su ser, presienten que Dios no es tan rectilíneo, simple y frío como la ortodoxia islámica de la unidad proclama. Intuyen que tiene que haber en Dios una unidad de convivencia esencial tal que no contradiga de ningún modo la visión cristiana de la Trinidad, que el sufí iraní del s.XIII Ruzbehan de Shiraz explicaba bella y profundamente cuando decía: “Dios es la unidad del Amor, del Amante y del Amado”. Y qué ejemplo más definitivo de mediación entre Dios y los hombres, de camino seguro y de estilo de vida para ir a Dios, en el texto maravilloso de Kāmil Ḥusein: “Si sientes en lo más profundo de ti mismo que eso que te incita al bien es tu amor por Dios y tu amor por los hombres que Dios ama; si piensas que el mal consiste en apartarse de los hombres porque Dios los ama como te ama a ti, y que perderás tu amor por Dios si haces daño a aquellos a quienes Él ama, es decir, a todos los hombres, entonces tu eres discípulo de Jesús (isāwī), cualquiera que sea la religión que profeses”

Emilio Galindo Aguilar

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Los santos en el Islam y Mahoma

emilio.galindo.darekDe Oriente a Occidente:

— Emilio, ¿usted canonizaría a Mahoma? ¿El Profeta, pasaría todas las revisiones del Vaticano y le canonizaría?

¡Esta es la pregunta que menos me esperaba! Pero como creo que toda pregunta es sagrada y la respuesta libre, voy a responder a ella por respeto a su condición de sagrada y porque “la hermana pregunta” en su raíz más honda, la duda, y por su fruto más seguro el ansia de buscar, nos marca el alma, amplía nuestro horizonte religioso, nos surte de luz y fuego para andar el camino del encuentro con los hermanos de otras religiones. Por todo ello, y más, esta pregunta tiene pleno derecho a formar parte de este cuestionario. No olvidemos nunca que preguntar viene del latín “praecunctare” y cŏntus significa la pica para aguijonear y probar la bravura de ciertos animales, para despertar en todo ser. Tal es la función del rejoneador en las corridas de toros y tal es el papel de esta cuarta pregunta.

Esta pregunta, un tanto insólita, se hubiera enriquecido más y mejor universalizándola, en lugar de centrarla únicamente en Mahoma, que está sobradamente “canonizado” por la piedad y veneración de los musulmanes sin necesidad de superar “las revisiones” del Vaticano. Cosa que ni los musulmanes ni los cristianos hubiesen aceptado mientras los unos y los otros no hubiesen acabado con todas las prohibiciones existentes con sus “comunicaciones in sacris” que son como aduanas que impiden el encuentro verdadero. Y eso no porque Mahoma no sea “un ejemplo y modelo de virtudes” como defendió el historiador e islamólogo Cruz Hernández, personalidad de fama internacional y uno de los mejores conocedores del Islam en España en el II Congreso Islamo- Cristiano de Córdoba en 1994. Su texto, claro y conciso, publicado en el número 62 de Encuentro Islamo-Cristiano, revela los muchos años de dedicación plena y cariñosa al estudio del Islam, aunque sin concesiones a la adulación: “No he intentado, decía, una hagiografía sonrosada del Profeta, entre otras razones, porque como historiador no he querido ni sabido hacerlo nunca de nadie”. Por eso después de estudiar las raíces socio-políticas de la falsa imagen cristiana del Profeta Mahoma concluía con este juicio espelúznate que debe hacernos pensar: “Posiblemente ningún hombre religioso haya encontrado, a lo largo de la historia, tantos detractores, ni haya sido tan injustamente vilipendiado como Mahoma. Ahora bien, tampoco ha existido una acusación tan fundadamente política y tan escasamente religiosa como la que se hizo al Islam. Y no se trata tan solo de que durante siglos el Islam fuese el gran enemigo político de la Cristiandad, sino que desde sus orígenes entró en radical e inevitable conflicto con las formas políticas las cuales habría sido subsanado el primitivo “movimiento” cristiano.

También tenemos que decir que la comunidad musulmana tiene sus santos (walī) y el culto a los santos, aunque hay que decir que ese culto no es de origen coránico y hasta se les ha perseguido a esos santos duramente. Quizás sea ese el sino de todo verdadero hombre de Dios. Siempre ha habido santos en Tierras del Islam. Ellos forman una jerarquía en el vértice de la cual se encuentra quṭb o eje espiritual que constituye un símbolo espiritual primordial. El santo musulmán es el que conoce a Dios. Posee varios privilegios: esta libre del yugo de las pasiones, tiene el don de hacer milagros (karāmāt) y su bendición trae la lluvia. Sus hechos están reunidos en obras tituladas, todas ellas, Manāqit o fioretti. El sentimiento popular ha mantenido esa veneración a los santos especialmente en África del Norte. Algunas ciudades los tienen como patronos y son también patronos de algunos oficios. Hay también mujeres veneradas como santas.

Finalmente, esta pregunta si se hubiese hecho con universalidad, planteándola para poner en un santo oral a todos los hombres y mujeres musulmanes o de cualquier otra religión que por su modo de vida y su entrega incondicional a Dios, Uno y único, supieron, según el parecer de los que les han conocido, ser de verdad “sumisos al Dios altísimo, clemente y misericordioso y a toda criatura, por el amor de Dios, habiendo sido siempre hermanos que aman a sus hermanos” que en eso está, a nuestro entender, la santidad más allá de la religión a que pertenezcan. Sencillamente porque ellos también son obra del mismo Espíritu, pues “hay diversidad de dones pero el Espíritu es el mismo”. Ese mismo Espíritu que, por la boca de Jesús, “canonizo” a los que encontró en sus caminos de Palestina durante su vida pública: “No encontré tanta fe en Israel”. Si inspirándonos en Cristo hubiésemos invitado a ese álbum de la santidad a los “santos” hombres y mujeres buenos del mundo, ¡qué gran paso hacia la unidad  de la gran familia humana por encima de todas las religiones. ¡ Qué gran letanía de hombres buenos si los educase el Espíritu!. Y eso aunque tuviésemos que saltarnos las muchas barreras de la “Communicatio in Sacris” que crearon el miedo y el desprecio entre las religiones, como confesaba nuestro Ibn Arabī: “Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo, si su religión no era como la mía. Ahora, mi corazón se ha convertido en el receptáculo de todas las formas religiosas: es pradera de las gacelas y claustro de monjes cristianos, templo de ídolos y Kaaba de peregrinos, tablas de la Ley y pliegos del Corán. Porque profeso la religión del Amor y voy a donde quiera que vaya su cabalgadura pues el Amor es mi credo y mi fe”. Nos resultan tan bien esclarecedoras y cristianas las palabras pronunciadas por el P. Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía de Jesús en el reciente Sínodo de los Obispos en Roma: “Hemos buscado los signos Occidentales de la fe y la santidad y no hemos descubierto de que manera a obrado Dios en otros pueblos. Y eso nos ha empobrecido a todos. Hemos perdido las claves, las perspectivas y los descubrimientos importantes (10 octubre 2012)

Emilio Galindo Aguilar

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La evasión de lo real a lo virtual (Un sueño con Ignacio de Loyola)

La Sopa con Cuchara de Gumersindo Meiriño Fernández

gumer.meirino.internetLa evasión de lo real a lo virtual (Un sueño con Ignacio de Loyola)

Esta noche soñé con Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas. Los dos estábamos en Manresa, cerca de Barcelona, donde él pasó tres años de purificación y penitencia, esperando para tomar un barco que le llevara a Tierra Santa.

Paseábamos por las orillas del río Cardoner. Ignacio me habló la imagen que solía ver los primeros meses que pasó en Manresa: —“Veía una cosa en el aire …, de algún modo parecía una serpiente, y tenía muchas cosas que resplandecían como ojos, aunque no lo eran. Yo me deleitaba mucho y me consolaba viendo eso, y cuantas más veces la veía tanto más crecía mi consolación y cuando aquello desaparecía me disgustaba”.

—“Hijo, me dijo Ignacio, esa imagen que yo veía en Manresa sigue dándose hoy de igual forma pero más…

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Salmo 11(10) No huyas, Dios te mira

Blog Oficial del Dr. Gumersindo Meiriño Fernández

meirino.gumer.salmosSalmo 11 (10)

No huyas, Dios te mira

Recito este Salmo y tengo la impresión de que hoy en día hay muchos montes para escapar. Vivimos en una sociedad que nos da muchas cosas y, además, nos las concede en un espacio breve de tiempo, lo que nos hace vivir a velocidades vertiginosas. A veces nos sentimos felices y plenos, otras tenemos la sensación de que nos hartamos, de que ya estamos llenos, entonces… nos dan ganas de escapar, de huir; pero, ¿adónde?

Aunque todo se hunda, no huyas de ti mismo, no huyas de Dios. Aunque todo te parezca noche, no escapes. Aunque tiemblen tus piernas, no seas cobarde. Aunque todos te digan que tu vida es inútil, no temas…

¿Por qué?

Porque Dios te observa, te mira con amor, te sonríe… Él ve más allá, en lo profundo. Él es el Señor de cielo y tierra, tiene su…

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